martes, 4 de octubre de 2011

Mesa #04. Viernes 23/03/2000 17:43

─La verdad que yo me sorprendo con cómo son los niños de hoy en día. ¿Te has fijado en el crío que estaba sentado en esa mesa?
─¿El que ha dejado plantada a su madre mientras le echaba la bronca? Como para no verlo, o mejor dicho, oírlo.
─Cuando nosotros teníamos su edad no podíamos responder a nuestros padres, y mucho menos dejarles con la palabra en la boca. Mi padre me habría dado un tortazo de haberlo hecho.
─Juan, tu padre siempre tuvo la mano muy larga.
─No empecemos a hablar de mi familia, que ya nos conocemos.
─¿Y por qué no? No entiendo cómo puedes seguir defendiendo a tu familia, y mucho menos a tu padre.
─Eso es cosa mía y de mi familia. Todo aquello ya pasó. Rápido, termínate el café.
─Será cosa de tu familia, pero si estoy saliendo contigo creo que también será cosa mía. ¿Con quién se supone que te has ido a vivir? ¿Con tu buen amigo Luis?
─Mira, decidí estar contigo a tener que aguantar a mis padres. Si llaman por teléfono y discuto con ellos, es algo privado. Tú no tienes que ver nada en eso.
─¿Ah no? ¿Y quién se supone que soy? Que yo sepa soy tu novio.
─Estamos saliendo juntos. Nos acostamos de vez en cuando y punto. No me compares lo nuestro con una relación seria, de las de verdad.
─Ya empezamos con lo de siempre. No entiendo cómo puedes pensar así.
─Lo que yo no entiendo es como puedes igualar a dos maricas viviendo juntos con un hombre y una mujer formando una familia.
─¿Sabes qué? Que estoy harto de todas tus gilipolleces. Y que... ¡que te vayas a la mierda! 
─¿Pero tú de qué vas? ¿Me vas a levantar la voz a mí?
─¡Que te vayas a la mierda! Voy a casa a por mis cosas. Ahí te quedas con tu padre.
─Eso, vete. ¡Vete! Ya volverás. Como siempre, sé que volverás...

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