domingo, 9 de octubre de 2011

Mesa #07. Sábado 27/06/1998 16:21

─¿Y qué me has dicho que eres?
─Un Egregor.
─Un Egregor... ¿Y eso qué es?
─Verás, soy una energía astral, un ente creado por un mago, hechicero o brujo cuya misión es ayudar o enturbiar la vida de los seres vivos.
─Y en mi caso es...
─Enturbiar.
─¿Por qué?
─¿Recuerdas a un tal Jose Javier? Un chico con el que estuviste saliendo durante...
─Seis años... Sí, quién lo iba a olvidar...
─Pues él es el responsable de que, hasta el día de hoy, esté aquí atormentándote.
─Ya.
─¿No te lo crees?
─No. Bueno, tal vez, de Jose Javier puedo pensar cualquier cosa, incluso de su madre...
─Pues piensa, ella fue la que pagó el conjuro.
─Hija de puta...
─Mal bicho, sí.
─¿Y en qué consiste tu trabajo si se puede saber?
─Pues en concreto en hacerte la vida imposible; no sólo a ti, sino a los de tu entorno para que se alejen de tu lado y te quedes más sola que la una...
─Muy bonito...
─Además debo alimentarme de tu energía vital para, de esta forma, reforzarme y de paso consumirte hasta hacerte morir. Ya te puedes imaginar entonces el porqué de esos intensos dolores de cabeza, la halitosis, las diarreas ácidas o los pinchazos inesperados por toda la espalda.
─¿Y las caídas por las escaleras?
─Sí, también. Son mi especialidad. Lamento mucho que aquella mañana te rompieras las piernas y tres costillas y te quedases sin trabajo porque no pudieras llegar a la entrevista... No sé si lo sabías, pero aquel era un muy buen trabajo para tu carrera, excepcional, muy bien pagado.
─Que lo lamentas... ¿ME DICES QUE LO LAMENTAS?
─¡Cálmate, no hace falta que llames tanto la atención!
─¿Ahora me pides que me calme? ¡Habrase visto semejante caradura! Por tu culpa me he pasado un año en un hospital, he pillado tres neumonías, una pulmonía doble, una ciática, dos infecciones de orina, una bonita colección de piedras en los riñones que ya más quisiera un museo de paleontología para su colección; sin olvidarnos del horrible e incontrolable ataque de vómitos en mitad del banquete de boda de mi mejor amiga.
─Te olvidas de las pesadillas...
─No me lo recuerdes. Un mes entero sufriendo espantosas pesadillas todas ellas protagonizadas por pirañas con un hambre endemoniada. ¡Ah, y no te olvides de la vez que casi muero electrocutada dentro de la bañera!
─Oye, con eso último yo no tuve nada que ver. Te dejaste el depilador eléctrico enchufado encima del respaldo mientras tratabas de buscar una toalla porque te había entrado jabón en los ojos.
─¡Me había quedado dormida porque tu me habías dejado sin energía en lo que llevaba de día!
─Bueno, sí, es cierto. Entonces fue culpa mía...
─¿Y ahora te apareces ante mí para qué? ¿Para regocijarte?
─No, no es mi intención. En absoluto. Verás, déjame que te explique. Durante este periodo de tiempo que hemos estado juntos ha sucedido algo, una cosa que no esperaba ni pretendía que fuera a suceder y tenía que decírtelo. Verás... Estoy locamente enamorado de ti.

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