sábado, 22 de octubre de 2011

Mesa #14. Viernes 17/02/2010 20.45


─El otro día... o creo que ayer, no sé...
─¿Eh? ¿Decías?
─Decía que... ¿Qué te decía, Susana?
─Hablabas de un viaje en avión.
─¡Ah, sí! Te hablaba del último vuelo que sufrí.
─Ah, ¿y qué tal?
─Fue raro. Volábamos en un airbus ─A3003, creo y de repente las luces comenzaron a parpadear y el aparato comenzó a subir y bajar como una montaña rusa.
─Vaya, qué agradable.
─Al instante las azafatas nos sirvieron té y pastas y nos explicaron que todo estaba bajo control.
─Ok. All controlled!
─Eso. Comiendo a duras penas las pastas y el té, el avión giró casi verticalmente y luego se enderezó para repetirlo al revés. Y, para más inri, por megafonía se comenzó a oír la conversación entre el piloto, el copiloto, el ingeniero técnico y creo que un astrofísico que andaba por ahí. Discutían para tratar de enderezar el avión.
─Ah.
─Las teorías del piloto eran rebatidas por el astrofísico para ser discutidas de nuevo por el ingeniero. Uno hablaba de los flaps y el otro del sistema informático. El astrofísico aseguraba que la solución era acelerar. El copiloto se negaba alegando que con esa medida el avión entraría en colapso. Para tranquilizarnos, las azafatas nos volvieron a servir más comida, creo que la cena, sí. Los bandazos continuaron y las teorías de los iniciados también.
─¿Iniciados?
─La tripulación, los que debatían lo que teóricamente controlaban.
─Ya.
─Un pasajero avisó a una azafata de que, en fin, que se oía todo. Rápidamente reaccionó y con gran profesionalidad y estilo corrió hacia la cabina. Pero antes de que lograra desconectar los altavoces se oyó: “... Sinceramente, caballeros, debemos admitir que no sabemos lo que ocurre...”
─Vaya.
─Qué sinceridad.
─Hice de tripas corazón y me comí el pollo azul con las patatas elásticas, luego bebí para superar la crisis hasta que acabé extasiado y muy pesado de coco.
─¿Y cómo terminó la experiencia?
─Sinceramente, no sé si ocurrió o si sólo es una divagación o si todo es una broma que tal vez ocurra o que jamás termine. No sé si voy o he ido. Cada vez que pienso en lo que decían los "enteraos" me lío más. Cada vez que leo, me duermo.
─¿Qué leías?
─Ya sabes, revistas; la prensa canallesca, dicen.
─Vale.
─Y por las ventanillas se comenzaron a ver muchos agujeros neeeegrooooos, hasta que entramos en uno y creo que nos dormimos todos. Con lo cual deduzco que esto es un sueño.
─No vas mal.
─¿Eras una de las azafatas?


©Juanjo Díaz

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