domingo, 23 de octubre de 2011

Mesa #10. Miércoles 08/04/2009 23:58

─Me alegra que hayas venido...
─¿Qué sucede?
─Estamos metidos en un gran problema.
─¿Metidos? ¿De qué estás hablando?
─Se ha muerto...
─¿Se ha muerto quién?
─¡Quién va a ser, el abuelo!
 ─¡Sshhhhhh! ¡Haz el favor de hablar más bajito!
─Pues eso que se nos ha muerto...
─¡No jodas!
─Sube a comprobarlo. Ahí lo tienes, todo tieso, en su cama.
─¿Estás seguro?
─¡Claro que estoy seguro! Está frío, no tiene pulso. He acercado la oreja al pecho y no he escuchado su corazón; también lo he zarandeado de un lado a otro y no se despertaba; tampoco respiraba... Sí, tío, he hecho como en las películas, le he puesto un espejo en la boca y la nariz para comprobarlo y nada. Más muerto que una estatua de mármol.
─¡Mierda!
─¿Y qué vamos a hacer?
─¡Hay que actuar rápido!
─Oye, ¿cuánto tardará...?
─¿Tardará...?
─Ya sabes, en pudrirse y apestar.
─¡Y yo qué sé! Una vez leí en una web de Internet que ahora los cadáveres tardan más en descomponerse por culpa de los conservantes alimenticios.
─Pero aunque tarde acabará pudriéndose y apestándolo todo. Y eso no es nada bueno para nosotros.
─¿Y si lo enterramos?
─¿Para que un día lo encuentre alguien? Debe quedarse a nuestro lado el máximo tiempo posible... Podríamos necesitarlo.
─¿Y para qué íbamos a necesitarlo?
─Pues, no sé, nunca se sabe... Pero es esencial que esté con nosotros.
─Prefiero enterrarlo. Me da grima tener un muerto en casa.
─Pero si no tengo ni idea de hacer un agujero con una pala y tú menos... Además, ¿has visto esos bracitos que me llevas?
─¿Qué les pasa a mis brazos?
─Pues que están esmirriados. Parecen los de un puto Emo. Con eso no levantas una pala ni ayudado por una grúa.
─Podríamos disecarlo...
─Muy bien... ¿Ves qué fácil? No sabemos hacer agujeros en tierra pero sí sabemos disecar a un muerto.
─Tengo un amigo...
─¿Estás loco?
─Pero él es taxidermista. Me debe varios favores. Sé cosas suyas sobre temas de caza furtiva que le podrían perjudicar mucho... Creo que por ahí le podemos parar los pies si es necesario.
─¿Y tú crees que nos puede ayudar...?
─No sé, tal vez... Puedo hablar con él. Incluso le podíamos dar un aliciente por tener la boca cerrada... Oye, ¿por qué me miras así? Sería hasta justo...
─Haré como si no lo hubiese escuchado. Prefiero no decir lo que pienso en estos momentos.
─Como quieras. ¿Vas a subir a verlo?
─¿A quién?
─A quién va a ser... ¡Al abuelo!
─Pues no va a haber más remedio... Déjame que antes me tome un café y un coñac bien cargados.
─Oye, si lo prefieres podríamos hacer como es debido; ya sabes... Llamar a la policía, enterrarlo como Dios manda y...
─¿... Perder la pensión del abuelo y ponernos a trabajar? ¡Y una mierda!

No hay comentarios:

Publicar un comentario