─¡Qué rabia me da esto!
─¿Qué sucede, querido?
─Pues que desde que estamos sentados nadie ha venido a tomar nota y más aún, no han hecho caso a mis avisos.
─¿Has pensado que tal vez pueda ser porque estemos muertos?
─Claro, como nuestra vida sexual.
─¡Muy gracioso!
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