miércoles, 5 de octubre de 2011

Mesa #07. Domingo 06/06/1999 18:06

─Estoy muy nerviosa.
─No te preocupes, para mí también es la primera vez.
─¿En serio?
─Sí. Nunca me ha gustado ir a ligar por discotecas, allí no se puede hablar.
─Es cierto. Sin embargo, un café como éste es perfecto para que dos personas se conozcan mucho mejor y puedan intimar.
─Tienes los ojos muy bonitos.
─Gracias, como los de mi madre.
─Te has ruborizado.
─Es que soy muy tímida.
─Lo siento.
─No te preocupes, supongo que tendré que acostumbrarme.
─¿Has tenido muchas parejas?
─No, en realidad no. ¿Tú?
 ─Relaciones serias ninguna. Ahora estoy buscando una mujer para sentar la cabeza y sobre todo para que me haga padre. Huy, perdona si ves que voy demasiado rápido. Pero no me quiero hacer viejo y no poder disfrutar de mi paternidad.
─¿Viejo? Pero si se te ve muy joven.
─ No creas. Sí, me conservo muy bien, lo sé. ¿Va, qué edad me echas?
─Pues ahora no sabría decirte... ¿Treinta? ¿Treinta y dos? Yo tengo veintiocho y no me considero
mayor.
 ─ Muchas gracias por el cumplido, ¡pero da la casualidad que hoy es mi cumpleaños! 

─ Huy, que casualidad! ¡Felicidades! ¿Y cuántos cumples?
Sesenta y seis
─¡Sesenta y seis!
─¿Te molesta?
─No, en absoluto. Sólo vuelvo a decirte que no lo parece. ¿Cómo haces para parecer tan joven?
 ─Debe de ser mi naturaleza porque nunca he sido muy bueno con mi salud. Pero, ya te digo, eso ya pasó, ahora quiero sentar cabeza y dejar mi simiente en este planeta. Me gustaría que mi hijo fuese alguien muy importante, un luchador, un guerrero implacable; alguien de quien sentirme  orgulloso, alguien que viniese a inculcar nuevas ideas, destruir, aportar una nueva era llena de  caos, de dogmatismo de...
─¿Y si fuese niña?
─¿Eh?
─Si fuese una niña.
─Pues no me lo he planteado. Pero tampoco estaría tan mal.
 ─A mí me gustaría ser madre también. Pero me gustan más la niñas que los niños. Son más dulces, más cercanas, más...
 ─Pero son menos guerreras que los niños. A ellos les gusta la política, la milicia. A la niñas les gusta más dialogar.
─A mí me gustaría que mi hija se hiciese de una ONG o misionera y así ayudar al prójimo.
─¿ONG? ¿Misionera?
─Yo siempre pensé que acabaría siendo monja. Oye, ¿crees en Dios? ¿Te casarías por la Iglesia?
 ─Vamos a ver, vamos a ver... En primer lugar, las monjas son seres aberrantes, hay que desconfiar siempre de ellas, son peores que un dolor de muelas. Segundo: desgraciadamente, creo en Dios, ya que no creer en él sería una contradicción por la parte que me toca... Y tercero: no, casarme por la iglesia nunca. Prefiero un millón de veces que me case un alcalde que por lo menos está mucho más acorde con mis creencias.
 ─No, si a mí eso de casarme por la Iglesia me da igual. Yo con tal de tener un marido que me quiera.
─Y por lo menos un hijo.
─Bueno, si eso es importante para ti...
─Lo es. Mucho.
─Y a todo esto, ¿a qué te dedicas?
 ─Vendo cosas, también las compro. Soy como una especie de prestamista, pero de mucho nivel. Sólo trabajo con gente ambiciosa y adinerada. Los pobres no me interesan. Ellos no son de fiar y nunca tienen nada que ofrecerme.
─Pues, yo ahora estoy en el paro. Pero me he puesto a estudiar inglés y contabilidad en una academia porque nunca se sabe las oportunidades que te puede dar la vida. ¡Igual, quién sabe, hasta el destino te puede llevar a conocer a alguien importante!
─No lo sabes tú bien...

No hay comentarios:

Publicar un comentario