─Supongo que el maíz lo estarán plantando, el café a lo mejor recolectándolo y el cerdo aún estará vivo.
─Y las uvas del vino en la viña.
─Y la vaca pastará alegremente porque aún la tendrán que ordeñar.
─Y los platos los estarán fabricando, supongo.
─Y la cafetera aún será un proyecto.
─Y el agua surcará el manantial.
─Y... es un milagro que hayan puesto mesas y sillas.
─Nos van salir telarañas.
─¡Oiga! ¡Camareroo!
─¿Es a mí?
─¿Se acuerda de nosotros? Hace rato que le hemos pedido un café con leche, un croissant, un vaso de vino y un bocadillo de chorizo.
─Y un vaso de agua.
─No soy el camarero.
─Pero si a todo nos decía que sí.
─Es un tic, a todo digo que sí, y tenía prisa por ir al lavabo; y encima soy muy educado, y, y un poco tartatamudo y lelo, lo, lo siento.
©Juanjo Díaz
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