─¿Qué haces escribiendo en la mesa?
─Siempre me gustó. Llevaba años sin hacerlo.
─¿Sin escribir en las mesas?
─Sin escribir.
─Podrías comprarte un cuaderno.
─Prefiero esta mesa.
─¿Por qué?
─Porque no me obliga a llevarme las ideas conmigo.
─Sabes tan bien como yo que mañana volverás aquí a desayunar.
─Cambiaré de mesa.
─Y de capítulo...
─¡Qué bien me conoces!
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