lunes, 3 de octubre de 2011

Mesa #10. Jueves 15/08/1996 11:20

Hola ¿cómo estás?
¿Cómo crees que estoy?
Ya. Lo siento.
Ahora dirás que no era tu intención...
Podemos ser amigos.
Imposible.
¿Cómo puedes decir eso? Yo aún te quiero y no deseo perderte.
Menudo cínico.
Pero...
Vamos a ver: me llamas, me dices que lo nuestro no tiene futuro, que te has enamorado de otra persona y ahora vienes y me dices que me quieres. ¡Y que quieres que seamos amigos! No se qué hago aquí escuchándote.
Por favor, no te vayas.
¿Por qué? Has venido con compañía, ¿no es así? Está ahí afuera esperándote en el coche, en una  esquina o en un banco tomando el sol de la tarde.
Sí, es cierto, me está esperando. Pero me ha dicho que esperará todo el tiempo que haga falta  hasta que esto esté solucionado.
Hasta que esté solucionado...
Sí.
Para ti, para que puedas dormir con tranquilidad y no te corroa la culpabilidad. Ahora sí me marcho.
Espera... ¿Y lo de ser amigos?
¡Que te den! Que tu angustia se te pudra en el estómago y te duela a rabiar. Ah, y si me ves un día por la calle ni me saludes. Yo no pienso hacerlo.

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