martes, 4 de octubre de 2011

Mesa #10. Viernes 21/01/1983 18.22

─¿Qué te pasa?
─No sé, pero tengo la sensación de haber estado aquí antes, en este bar... contigo.
─Imposible, es la primera vez que venimos a esta ciudad.
─El sitio parece más moderno pero... es el mismo que recuerdo, además estamos sentados en la misma mesa.
─Me estas tomando el pelo.
─No, en absoluto. Yo estaba en esta silla; bueno, no es la misma pero sí en la misma posición y tu delante de mí. Los dos éramos hombres... Íbamos vestidos con ropa de obrero.
─¿Yo un hombre? ¿Vestido de obrero? ¡Estás loco!
─Hablábamos sobre política... Algo muy importante sobre cometer un atentado. Sí, lo recuerdo bien. ¡Éramos anarquistas!
─Mira Pedro, deja ya de jugar que me estás asustando.
─Tú te negabas, tenías mucho miedo. Estabas casado, tenías mujer y cinco hijos pero no querías que ellos sufrieran por tu culpa. Eso lo recuerdo muy bien.
─ Escucha, como no pares de hablar así me marcho al Hotel y te quedas aquí tú solito.
─Yo te decía que eras un cobarde, que encima que habías puesto en marcha el plan ahora te estabas echando hacia atrás. Me estaba enfadando contigo.
─¡Basta! Me acabo el café y me largo a la habitación.
─¿Ves? Estas repitiendo el mismo patrón...
─¿Qué patrón? ¡Oye ni tú ni yo estamos planeando nada y mucho menos un atentado anarquista! ─¡No grites, se ha girado medio bar!
─¡Pues por tu culpa seguro que ahora alguien llama a la policía!
─Espera, me viene a la mente una fuerte discusión...
─Y la habrá si no paras de una puta vez. ¡Y también un divorcio!
─Yo tenía una pistola escondida en la chaqueta, por si acaso ocurría algo.
─Me quedaré la custodia de los niños y la casa.
─Te dí una última oportunidad.
─¡La misma que te estoy ofreciendo yo!
─Te negaste.
─¡Ya basta! ¡Me largo!
─Y te disparé, en el corazón, matándote al instante.
─¡Me largo...!
─¿Qué haces? ¡Espera! ¿Por qué levantas las manos?

─¿Que por qué levanto las manos? ¡Mira lo que has conseguido, Pedro! ¡Estamos rodeados por la policía! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario