martes, 4 de octubre de 2011

Mesa #08. Jueves 12/06/2008 14:05


—¿Lo has traído?
—Chissss, habla más bajo... Sí, aquí está.
—Déjame verlo.
—No, aquí no. Luego.
—Venga, solo un poquito, pásamelo por debajo de la mesa...
—Que no, cállate. Vamos a tomar algo y buscamos un sitio para sacarlo.
—¿Pero seguro que está vivo?
—Pues claro, si estos son resistentes, no mueren ni aunque los acuchilles con un machete.
—¿Y es verde o amarillo?
—No lo sé. ¿No ves que aún no lo he sacado de la caja?
—Yo no podría resistir sin mirar adentro.
—Pues yo sí.
—Mira. Se ha movido.
—Qué se va a mover. Imposible, ¿no ves que la caja es más pesada que él?
—¿No ves, no ves? Tú sí que no ves...
—Anda, ve a la barra y pide un par de cervezas que se tarda menos.
—Ve tú, no te digo.
—Sí, claro, para que abras la caja y se escape.
—Que no, que no se escapa, te lo juro.
—No puedes abrirlo aquí. ¿Y si nos pillan? Tiene que ser en un sitio cerrado en el que no nos vean. O en el descampado de detrás del mercado. Pero aquí no, hombre, no te pongas pesado.
—Pero si solo es una rendijita... Bueno, venga, vale. No lo abro, lo prometo. Pero ve tú que a mí me duele el pie. Llevo toda la mañana pisando el pedal del elevador.
—¡Venga ya, cuentista! Mira, da igual, ya viene el camarero.
—Mierda...

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