lunes, 14 de noviembre de 2011

Mesa #02. Martes 15/11/2011 17:30

─Perdone, señor...
─¿Sí? Dígame...
─Es que, verá... No sé muy bien cómo decirle esto pero... a ver...
─Sí, sí, diga, por favor.
─Es que llevamos toda la mañana soportando un hedor importante y no sabíamos de dónde venía. Por lo visto, después de ir mesa por mesa, parece ser que el olor viene precisamente de la suya.
─¿Cómo dice? 
─Pues que su hijo se ha hecho caca. 
─Pero... ¡Será insolente! ¿Cómo se le ocurre decir semejante barbaridad? ¡Será que no hay niños en el mundo que se hacen caca y nadie viene a echarlos de los locales! ¡Qué poca vergüenza!
─Sí... yo lo entiendo... pero verá... es que se nos han marchado media docena de clientes ya porque no hay quien lo resista. Y lo peor es que no volverán.
─¡No es mi problema! ¡Habrase visto! ¡Yo cambiaré a mi hijo cuando tenga tiempo y me venga bien! ¡Vamos hombre! ¡Como todos los padres del mundo!
─Si lo entiendo pero, claro... tenga usted en cuenta que el caso no es igual... Su "bebé" me pasa a mí cinco años y, claro, o repartimos mascarillas o voy a tener que pedirles que abandonen el café.
─Yo no doy crédito... Ahora va a resultar que por tener 25 años es menos hijo que los demás. Nunca pensé que iba a escuchar una sandez semejante. No se preocupe que nos vamos con la caca hacia otra parte donde se nos admita sin prejuicios absurdos. ¡Vámonos, Manuel, que aquí no somos bien recibidos! 
─Lo siento, ¿eh? ¡Vuelvan cuando quieran, pero cargados de toallitas!

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