viernes, 25 de noviembre de 2011

Mesa #10. Miércoles 10/05/2006 19:25

─¿Sabes que Arturito se ha casado?
─¿Tu hermano?
─Sí, claro, ¿qué Arturito iba a ser?
─No sé, como tú siempre te mueves por muchos ambientes...
─Bueno, pues sí, mi hermano mayor se ha casado, hace un mes, pero, ¿sabes que no nos ha invitado a la boda?
─¿Qué dices? ¿Ni siquiera a tus padres?
─Ni siquiera a mis padres. Tenemos un disgusto...
─¿Y eso? ¿Han reñido?
─No... bueno, en teoría no. La culpa de todo la tiene su mujer. Dice que nunca nos ha tragado y no nos quiere ver ni en pintura.
─¿Su mujer? ¿Te refieres a la que ha sido su novia de toda la vida?
─Sí, ésa, la misma que viste y calza.
─¡Pero si siempre estaba con vosotros la mar de feliz!
─Pues eso nos parecía pero, mira tú por dónde, la muy hija de puta nos la estuvo jugando durante estos quince años de largo noviazgo.
─¡No me lo puedo creer! ¡Con lo que hizo tu madre por ella!
─Más que su propia madre, que la trataba como una perra. Fíjate si tiene desfachatez que no hace más de una semana que se nos presenta en casa, con una de sus primas, y nos anuncia lo de la boda. ¡Hasta trae el álbum de fotos por si querías comprar alguna y ponerla en la mesita de noche o sobre la chimenea! Ya te puedes imaginar, mi madre rompió a llorar desconsolada y ella trató de que se callase levantándole la mano.
─¿Y tu padre no estaba allí?
─Había salido a buscar recetas al médico.
─¿Y no le agarraste del moño?
─Bueno, más que eso..., le inflé la cara a bofetadas. Me quedé a gusto. Y mira que nunca he sido de violentarme con nadie, y menos de esa forma.
─No hace falta que me lo digas, nena. Tú siempre has sido una mujer muy educada y comedida.
─Pues va la tipa y después de ese follón que me monta en casa me denuncia por agresión. ¡Aquella misma tarde se presentó con la policía!
─¡No puede ser! Es tan repugnante...
─Al parecer su prima había grabado la pelea con el teléfono. Claro, sólo desde el instante en el que yo la golpeaba. Todo lo de antes lo omitió. Encima la muy burra de mi madre, cuando los agentes le preguntan por la agresión, corrobora que hubo violencia entre las dos y que fuí yo quien empecé a pegar a mi cuñada.
─No se lo tengas en cuenta, mujer, estaría muy nerviosa...
─Pero se lo podía haber pensado antes de abrir la boca, ¿no? Al final la perjudicada he sido yo y, la otra, victoriosa.
─Vamos, que la tía quiere sacaros dinero a costa de malos rollos...
─Por supuesto, y así lo ha hecho...
─¿Qué me dices?
─Pues lo que oyes. Hace unos días mi hermano llamó a mi madre. Le dijo que si quería que su mujer me quitase la denuncia, solo tenía que entregarle las llaves de la casa de la playa y de la caja fuerte donde tiene todas las joyas. Le dijo que si lo hacía estaríamos en paz y que el juicio no tiraría hacia delante.
─¿Y tu madre qué ha hecho?
─¡Pues le ha hecho caso! Dice que para evitar malos rollos... Ahora ya no tenemos casa en la playa. Mi hermano la ha invadido y ha metido a su mujer, la madre de ella, la tía y la prima; ah, y tres sobrinos con sus respectivas novias...
─¡No me lo puedo creer! ¿En serio?
─Pues créetelo. Ayer ella misma llamó a mi madre diciéndole, en plan chulo, que iba a vender las joyas que le había "regalado" porque no le gustaban nada. Las encontraba "carcas". Bueno, lo único que se quedaba eran los pendientes de brillantes que le había regalado mi padre para las bodas de plata, ya que su madre se había encaprichado de ellos y era lo único que le quedaba bien.
─Lo siento, ¡pero no salgo aún de mi asombro! ¿Y no podéis hacer nada? Pedid ayuda a un abogado, no sé, contratad unos sicarios..., algo...
─No podemos. Mi hermano nos ha advertido que si intentamos cualquier cosa contra ellos la familia de su mujer va a hacer todo lo posible para hacernos la vida imposible. Muchos de ellos han estado ya en la cárcel, en varias ocasiones, y les da igual volver a ella. Hoy le ha dicho a mi padre que se va a hacer con los papeles de la casa y que nos va a desahuciar a todos.
─Pero eso no puede hacerlo.
─Sí puede. Le ha amenazado con matarlo si no firma.


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