viernes, 4 de noviembre de 2011

Mesa #02. Jueves 05/09/1969 22:30

─¿Quién te  ha pintaaaoo las ojeeeeeraaaaaas, la fló der lirioooo reaaaaal...?
─Pepi, haga usted el favor.
─¿Perdone? Ah, que les molesto. Ustedes disculparán, es que es la hora de cerrar y yo tengo que pasar el mocho por aquí, que en media hora viene el Anselmo a buscarme y salgo escopeteá.
─Pepi, por favor. Estamos tratando de cerrar un acuerdo importante. Vaya a fregar a la parte de la barra.
─Pero jefe, es que por ahí ya he pasao. Que si usted quiere yo voy y vuelvo a limpiar, pero es que es tontería, que ya le digo que ya hi limpiao. 
─Hágalo, por favor.
─Vale, vale, usted manda. Pero a las once si está aquí mi Anselmo y no he terminao yo me voy, ¿¿eh??
─Disculpe, Sr. Cubero. No tenía previsto todo esto.
─No se preocupe. Las mujeres, aun siendo de la limpieza, siempre quieren mandar. 
─¿Por qué te han puesto de seeeeeaaaa, ay Campaneraaaaaaa, por qué seraaaaá? ¿Qué tiene la Zarzamoraaa que a todas horas llora que lloraaaaaaaaa, por los riririririrrincoooneeeee? Ella que siempre desía que presumía de que partíaaa los corasoooneeeeee...
─¡PEPI!
─¡DIGA!
─¿No le he dicho que no moleste?
─Hmmm, no. Me ha dicho que me vaya a limpiar a otro lado. De cantar no ha dicho na.
─¡Termine de una vez y váyase! ¡Ya cerraré yo cuando terminemos!
─Perdón que interrumpa pero ahora el que tiene prisa soy yo. 
─Sr.Cubero, discúlpeme. Quédese, se lo ruego. No quedan muchas cláusulas por revisar.
─Verá, creo que no me va a interesar mucho hacer negocios con ustedes. No veo claro que esto pueda ser un acuerdo fructífero para mí después de ver lo mucho que influye la señora de la limpieza. Ya hablaremos más adelante, Cortés. Por ahora, dejemos las palabras en el aire. Buenas noches. señora...
─Buenas noches, Sr. Cortés. Y no se enfade usté con el jefe, hombre, que una mijilla de alegría no le viene mal a nadie...
─¡PEPI!
─¡ANSELMO!

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