lunes, 14 de noviembre de 2011

Mesa #07. Jueves 08/01/1998 18:03

─Ahora te levantas, sales afuera, te acercas a ella y la saludas.
─Pero es que es muy fea.
─Y tú muy poco caballeroso, sobre todo quedando con ella para luego darle un plantón.
─De eso trata gran parte de las citas a ciegas ¿no?
─A saber lo que le has dicho de ti.
─La verdad.
─Y voy yo y me lo creo.
─Piensa lo que te dé la gana.
─Mírala, la pobrecita. Con el frío que hace y la tienes de pie temblando de frío junto al seto, esperándote. Lo más seguro es que haya ido ayer a comprarse ropa nueva y para estrenarla este día tan especial. No tienes vergüenza.
─Pues quédatela tú.
─Es demasiado joven para mí. Sabes que me van más las maduras.
─Pues insisto, esta tipa no me gusta y se va a quedar ahí hasta que se aburra.
─Pues luego no te quejes si a ti te hacen lo mismo.
─Nunca me lo han hecho.
─Un día puede sucederte.
─De momento no ha pasado. Además me daría igual. Tías hay para dar y repartir.
─Me está entrando una pena verla allí... Mira, si no te gusta no quedes con ella. Por lo menos ten la suficiente honradez para salir y decírselo a la cara. O eso o podéis incluso entrar y tomar algo juntos, haceros amigos, descubrir inquietudes... A mí me parece una chica muy simpática.
─Pues yo le quitaría el noventa por ciento de su ser y el resto lo obviaría.
─Eres muy cruel, ¿sabes? Y estoy muy seguro de que ésta no es la primera vez que lo haces.
─Pues has acertado. Por lo menos un par por semana. Me gusta ver cómo las mujeres, sobre todo las feas, sufren por mí.
─Me estás empezando a dar asco.
─¿Asco? ¿Y de quién crees que he aprendido todo esto, papá?


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