martes, 13 de diciembre de 2011

Mesa #12. Jueves 07/07/2005 17:12

─Imposible. Es este bar no atienden ni llamándoles a gritos.
─Tranquilo. Se les ve que tienen mucho jaleo.
─¡Aun así! Llevamos ya cinco minutos sentados y lo único que han hecho ha sido limpiar la mesa. ¡Oiga! ¡Oiga!
─No grites, que despiertas al niño.
─Esto es desquiciante. Voy a la barra a pedir...
─En fin... Mira, Pedro. Ahí tienes a tu padre. Así es el hombre con el que me he casado. Tal vez no es lo mejor del mundo, pero es lo que hay. No puede evitar llamar la atención allá a donde va. Seguramente sea para demostrar lo hombre que es, sacando pecho, gritando con su voz ronca, levantando la mano como si fuera el mandamás del mundo... Pero no te engañes, eso lo hace porque en su trabajo no es nada, y luego tiene que llegar a casa y montar el numerito que seguro que ya te conoces: "el día menos pensado me voy de esta casa", "maldigo el día en que me casé contigo", "esta familia me ahoga"... Pero sé tranquilizarle bien. Me abro de piernas, dejo que me lo haga un poco, y se queda tranquilo, tirado en la cama viendo la televisión... ¡No puedo aguantarlo! ¿Acaso tú y yo nos merecemos esto? Siento que tengas que ver todas esas cosas. Siento que tengas que ver cómo hacemos el amor todas las noches, que me veas llorar en el baño, que me oigas decir estas barbaridades... pero si no es a ti, ¿a quién voy a contárselo? No soy feliz, no lo soy. Este matrimonio de mierda me está matando, y sé que te está matando a ti también... Ha dicho muchas veces que el día menos pensado se irá de casa, pero tal vez seamos nosotros los que un día nos iremos...
─Cariño, ¿qué haces?
─¿Eh? Nada... nada...
─¿Otra vez hablabas con él?
─No, sólo le decía cosas al niño.
─Mira, tu hermana nos ha dejado a Miguelín unas horas para que se lo cuidemos, así que trata de no asustarle con estas cosas que haces...
─¿Qué cosas? Sólo le susurraba cosas al niño...
─Carla, no me engañes. He oído como pronunciabas su nombre mientras me alejaba.
─Es que... le echo de menos.
─Y yo también, ¿acaso no te das cuenta? Si pudiera encontrar a la persona que se lo llevó, lo haría y... y... ¡Dios! ¡Le mataría!
─No, por favor. No te derrumbes ahora tú. No llores, por favor.
─Es que cada vez te siento más lejos. Sé que te estoy fallando, pero esto es demasiado para mí, para ti, para nosotros. No aguanto más. Si pudiera hacer algo...
─Hacemos todo lo que podemos, cariño. Debería centrarme más...
─Tú no tienes la culpa. Ya han pasado muchos años desde entonces, y no saber nada es algo que te está matando.
─"Nos" está matando...
─Gracias... Te quiero, Carla.
─Y yo a ti.

1 comentario:

  1. Gracias a Dios, existe el divorcio y la integración de la mujer en el mundo laboral.

    ResponderEliminar